CONCLUSIONES:
Valorar las retribuciones de un médico y comparar dichas retribuciones entre las distintas autonomías es una labor compleja, ya que los conceptos retributivos varían de unas Comunidades a otras. Sólo una valoración conjunta de todos estos conceptos nos aproxima realmente a las retribuciones finales del profesional.-
Las diferencias en las retribuciones fijas no vienen dadas tanto por el valor del sueldo base, si no por los diferentes conceptos que se añaden a dicho sueldo base. De este modo, por ejemplo, Navarra, con el sueldo base más alto, termina siendo la que peor retribuciones fijas abona a un FEA.
Dentro de estas retribuciones fijas, algunas Comunidades siguen manteniendo diferencias entre los profesionales con dedicación exclusiva al sistema público y los que no lo poseen, por lo que ha sido necesario, para el estudio, diferenciar ambos colectivos. Es este último grupo, el de los facultativos sin dedicación exclusiva, el peor retribuido.
Dentro de las retribuciones percibidas por el trabajo realizado durante la jornada ordinaria, hay dos conceptos, la antigüedad y la carrera profesional, en las que interviene un factor externo al profesional que es el tiempo, que provoca una gran variabilidad retributiva, tanto por los módulos utilizados para medir este tiempo como por el valor en euros de estos módulos.
La suma de las retribuciones fijas y los conceptos mencionados de antigüedad y carrera profesional, es la que determina el sueldo del facultativo dentro de su jornada ordinaria. Dada la ya mencionada variabilidad de estas dos últimas retribuciones, la única manera de obtener la retribución final es mediante ejemplos concretos. En el estudio realizado se han tomado varios supuestos: tres FEA para los que se han calculado todos los valores retributivos; cuatro casos en AP para los que se han calculado la capitación y la dispersión geográfica y un supuesto de residente para el que se han sumado las retribuciones en la jornada ordinaria y las guardias.
Existe una actividad laboral fuera de la jornada ordinaria (guardias, “peonadas”, etc.) con características de realización, modalidades y precio también diferentes de unas Comunidades a otras, con lo que la diferencia retributiva se da también dentro de los mismos profesionales de una Comunidad e incluso de un mismo servicio.
En el caso particular de los residentes, las retribuciones obtenidas en la jornada ordinaria son muy similares de unas Comunidades Autónomas a otras (exceptuando aquellas que abonan complementos de residencia, especialmente INGESA). Donde realmente existen diferencias retributivas es en las retribuciones fuera de la jornada, es decir, las guardias. Teniendo en cuenta los valores económicos de las retribuciones de un residente, el peso que sobre el importe final percibido tienen las guardias es muy importante (para el supuesto concreto que se muestra en el estudio la media es del 42.69%). Por ello, las diferencias en el precio de la hora de guardia son las que marcan las desigualdades entre las autonomías (exceptuando el ya mencionado caso de INGESA).
Esta variabilidad retributiva, multiplicada por los años de vida laboral, provoca grandes diferencias entre los profesionales según en qué Comunidad Autónoma hayan realizado su actividad profesional.
Además, al comparar entre autonomías, hay que tener en cuenta el entorno socioeconómico, como el coste de la vida y la riqueza de dichas autonomías, factores que influyen en el poder adquisitivo del facultativo y valoran el esfuerzo que realiza la autonomía para retribuir a sus profesionales.
Si la situación previa a los recortes ya marcaba diferencias retributivas importantes según las Comunidades Autónomas, los recortes sucesivos realizados, lejos de disminuirlas, las ha aumentado.
Aunque la base inicial de la mayoría de los recortes es una normativa estatal (Real Decreto-Ley 8/2010), las Autonomías han aplicado esta norma con porcentajes diferentes y de manera diferente: unas Comunidades han repartido el porcentaje de recorte de forma uniforme entre las 14 pagas y otras han disminuido menos las mensualidades ordinarias y han recortado más las extraordinarias. Además no todos los conceptos se han visto afectados de la misma manera: los complementos de residencia no han sufrido recorte, en la dispersión geográfica unas Comunidades han aplicado recorte y otras no, etc.
Como ejemplo, destacar el caso de INGESA que abona un importante Complemento de Residencia que no se ve afectado por los recortes, resultando la Comunidad Autónoma que mejor retribuye a sus facultativos durante todos los años del estudio.
A este recorte “obligatorio” algunas Comunidades han añadido recortes “extras”, como el importante recorte del 50% de la Productividad Variable que aplica Cataluña-ICS en 2012. Como caso excepcional, cabe mencionar Euskadi, que realiza subidas en algunos conceptos retributivos, aunque el resultado final también es de bajada de las retribuciones finales, pero menos que otras Comunidades.
Cuando se aplica en 2012 la también norma estatal (Real Decreto-Ley 20/2012) que obliga a la eliminación de la paga extraordinaria de diciembre de 2012, la repercusión también es desigual según las Autonomías. Por un lado, unas Comunidades habían repercutido el recorte de junio de 2010 en mayor proporción sobre la paga extraordinaria, de manera que se retira una paga previamente aminorada. Para las que no lo habían realizado así, la pérdida de la paga extraordinaria de diciembre de 2012 ha tenido más peso sobre sus retribuciones finales. Por otro lado, no todas las Comunidades abonan los mismos conceptos retributivos en las pagas extraordinarias. Por ejemplo, la carrera profesional la mayoría de las CCAA la abonan en 12 pagas, pero algunas (Asturias, Castilla y León, Cataluña-ICS y Navarra) la abonan en 14 pagas. Cuantos más conceptos incluyan las pagas extraordinarias, mayor será el porcentaje de recorte con la pérdida de una de estas pagas. El caso extremo es el de los FEA de Navarra con todos los conceptos incluidos en la paga extraordinaria y que además no había sido aminorada en los recortes de 2010.
Finalmente hay que tener en cuenta en la valoración de las retribuciones y los recortes sufridos, la pérdida de poder adquisitivo generada por las sucesivas subidas del coste de la vida durante estos años y el aumento de los impuestos directos (IRPF) que se ha realizado de forma más agresiva para los niveles de ingresos en los que se mueve el profesional médico.