(Un estudio nacional elaborado por el Sindicato Médico de Navarra en coordinación con todos los sindicatos autonómicos)
Por el mismo trabajo, el salario de un médico español puede oscilar más de un 30% dependiendo de la comunidad autónoma en que la que desarrolle su labor profesional. El precio de la hora de guardia es hasta un 50% inferior en las autonomías que peor lo retribuyen con respecto a las más generosas. Incluso en aspectos como permisos por nacimiento de hijos, vacaciones o bajas por enfermedad no hay modo de que dos servicios autonómicos de salud coincidan en dar el mismo trato a sus facultativos.
Esto es lo que se pone de relieve en un voluminoso informe, titulado “Estudio de las condiciones de trabajo, retribuciones y carrera profesional de los médicos en España”, presentado en rueda de prensa y en el que la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) refleja con detalle la situación actual en cada comunidad autónoma.
Este estudio viene a llenar un hueco clamoroso puesto que, por extraño que parezca, ningún organismo oficial, ni autonómico ni de la Administración central ha hecho lo propio hasta ahora. En él se revela con nitidez que el Sistema Nacional de Salud se ha convertido en algo así comoun reino de Taifas en lo que a política de personal se refiere. Y las consecuencias de ello no se limitan únicamente a la discriminación comparativa de unos médicos en relación a otros, sino que también está dificultando de manera progresiva la libre movilidad por el sistema (hasta tal punto es así, que un facultativo español puede tener más fácil trasladarse a un país europeo que hacerlo en su propio país).
Asimismo, y ante el creciente déficit de profesionales que se observa en determinadas especialidades, esa circunstancia está motivando que algunas comunidades autónomas deban recurrir a médicos extranjeros cuando quizá podría encontrarlos entre los excedentes de una comunidad vecina si los candidatos vieran que no iban a perder nada en el cambio.
Algunas pinceladas pueden bastar para explicar por qué el Sistema Nacional de Salud (SNS), descentralizado en virtud de las competencias que han recibido al respecto las comunidades autónomas, pasa por ser hoy el área de la administración pública que mayor disparidad de trato dispensa a sus trabajadores.
EL EJEMPLO DE LAS RETRIBUCIONES
En el capítulo de retribuciones fijas, por ejemplo, el salario bruto anual de un médico de un médico especialista de área que empieza a trabajar en el sistema oscila entre los 53.609 y los 28.735 euros.
A ello hay que añadir los emolumentos correspondientes al concepto de Carrera Profesional, compuesta normalmente de cuatro tramos o niveles cuyo recorrido completo exige al menos 15 años continuados de actividad.
La carrera es la mayor novedad que se ha introducido en un sistema retributivo cuyas líneas básicas son casi funcionariales. Supone una pequeña revolución porque su filosofía descansa sobre la idea de premiar al médico por su dedicación, pero ni siquiera en ello hay parámetros comunes, de forma que el complemento económico que ello supone cuando se alcanza el nivel máximo oscila entre los 13.000 (superados por Madrid hace escasos días) y los 3.300 euros.
Otro pellizco importante que unos médicos se llevan a casa y otros no en función de la comunidad en la que trabajen es el que tiene que ver con el concepto llamado de productividad variable, hoy incorporado como un elemento más dentro de la tabla de retribuciones fijas de los médicos. En este caso, las diferencias entre autonomías van desde los 7.950 euros a cero.
HORARIO, GUARDIAS
Asimismo, y como ya se ha avanzado, ni siquiera hay uniformidad en las horas de trabajo. En cuanto al valor de la hora de guardia, esto es, de la hora de trabajo por encima de la jornada de trabajo normal, la comunidad que mejor retribuye las que se realizan en hospitales es Cataluña (23 euros), para ir descendiendo a continuación hasta el mínimo 12,8 euros que se cobra en la que menos. Claro que las diferencias aún son mayores en la atención primaria: en este caso la hora de guardia mejor pagada es de 23 euros, mientras que la peor no llega a 11 euros.
Por cierto que, entre los profesionales del primer eslabón asistencial, los agravios comparativos son si cabe aún más escarnecedores que entre sus compañeros de hospital. Por ejemplo, en el complemento por capitación (número de enfermos adscritos a un médico) las diferencias por autonomías van de los 13.000 a los 3.000 euros, y en lo relativo al concepto de dispersión (relacionado con el hecho de si el médico ha desplazarse mucho o poco para visitar a los pacientes) la horquilla varía entre 4.500 y 1.500 euros.
Podrían ponerse aún más ejemplos de la absoluta falta de criterios homogeneizadores en el SNS (sin ir más lejos, el que unas exijan la dedicación en exclusiva y otras mantengan este requisito), aunque lo dicho quizá sea suficiente para comprender a los médicos cuando claman por poner fin a este estado de cosas e invertir la tendencia de modo que en adelante las diferencias no vayan cada día un poco más allá, como ocurre ahora, sino al revés.
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