1º. Reevaluación del protocolo de alta de profesionales sanitarios
El Ministerio de Sanidad ha ido emitiendo protocolos sucesivos con algunas instrucciones inconexas e incongruentes que solo han contribuido a crear inseguridad entre los profesionales.
Empezamos viendo como las medidas de protección dictadas dependían del material disponible en los almacenes y no de lo que dictaba la evidencia científica. El último protocolo, de fecha 31 de marzo de 2020, titulado “Guía de actuación frente a COVID-19 en los profesionales sanitarios y sociosanitarios” es una muestra de cómo se han ido reduciendo las precauciones en los profesionales infectados. En concreto, mientras que cuando hay un contacto estrecho SIN EPI con caso posible (probable o confirmado), en el caso del personal no sanitario se proponen 14 días de aislamiento con PCR a los 7 días para valorar la vuelta al trabajo en caso de negatividad, mientras que en el caso de profesionales sanitarios se plantea realizar actividad normal y vigilancia pasiva de síntomas.
En Navarra hay (a fecha de ayer y salvo error, según el Boletín de Vigilancia Epidemiológica) 2332 profesionales del SNS-O con contacto. De ellos, 507 siguen en sus puestos de trabajo y están siendo sometidos a un “seguimiento activo” y solo 23 han sido aislados de forma preventiva.
Por otro lado, aparece en dicha Guía la posibilidad de realizar seguimiento de profesionales con sintomatología leve sin confirmación con prueba PCR, ni para asegurar el diagnóstico ni para valorar su negatividad al alta, sin que quede claro en qué situaciones puede suceder esto.
La carencia de profesionales sanitarios está induciendo a la Administración a mantenerlos o reincorporarlos en sus puestos de trabajo sin una garantía de que no son vectores de infección.
El mundo sanitario (desde la OMC a CESM, pasando por sociedades científicas y sindicatos) ha puesto el grito en el cielo y se espera una pronta rectificación ministerial que, aunque se produjera ya, llegará tarde, pues ya hay muchos trabajadores circulando por los centros sanitarios sin garantías.
Tampoco están libres de incongruencias los protocolos del SNS-O. En el de la Gerencia de AP sobre atención a niños que han sido contactos estrechos de pacientes COVID-19, de fecha 03/04/2020, se afirma que “Según los protocolos actuales del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, no hay indicación de realizar ninguna prueba diagnóstica específica en estos casos. Hay que tener en cuenta que, al inicio de la enfermedad, esta prueba puede resultar negativa. Un resultado positivo confirmaría el diagnóstico, pero un resultado negativo no lo descarta”. Y añade: “Está indicado el aislamiento de aquellos niños y niñas que han convivido con un paciente afecto de covid-19, ya sean casos posibles o confirmados, tanto si los niños tienen síntomas como si no los tienen”.
Es decir que no tenemos certeza de quien puede estar infectado y quien no (aun con PCR-) y aun así, seguimos permitiendo que los niños aparezcan por los centros de salud para controles de salud programados.
2º. Reutilización de material de protección
En los últimos días está apareciendo en los centros de trabajo, por fin, material de protección individual. Todavía no hay mucho, ni el adecuado para cada trabajador, pero algo hay.
Tan importante como que sigamos teniendo material de protección (EPIs) es que lo usemos de forma adecuada.
- Sobre reutilización de material. Nos ha llegado de un centro sanitario la noticia de que los responsables han difundido “localmente” una circular para que se laven uniformes a 40º y con lejía, cuando lo correcto es hacerlo con jabón y a 60º. Por supuesto, antes de enviar la instrucción, no se ha verificado la información ni se ha consultado al Sº de Prevención de Riesgos Laborales.
- Sobre mal uso o usos no indicados del material. Nos informan de la disponibilidad de mascarillas filtrantes con válvula espiratoria en quirófanos. En procedimientos que requieran asepsia no deben usarse estas mascarillas, conllevan riesgo de infectar al paciente (no al profesional). Es importante revisar los protocolos de uso disponibles en Auzolan para hacer las cosas bien.
El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales nos informa que van a emitir protocolos de recomendaciones para la reutilización de productos desechables y que se está organizando un sistema de batas reprocesables para poder garantizar la disponibilidad de este material. Para ello, se están adquiriendo batas fabricadas por diferentes empresas, confeccionadas con un tejido que permite este reprocesado. Este sistema se está implantando en varios centros y el procedimiento de lavado y desinfección se realizará según las indicaciones de Medicina Preventiva y del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. Las dificultades para obtener batas aconsejan estas medidas.
Recordar que, en cualquier caso, hay que seguir las recomendaciones del fabricante. Tan malo como no usar el EPI adecuado es utilizar un EPI defectuoso o inservible.
Debemos ser muy cautelosos, especialmente cuando hoy mismo el BOE publica la Orden SND/326/2020, de 6 de abril, por la que se establecen medidas especiales para el otorgamiento de licencias previas de funcionamiento de instalaciones y para la puesta en funcionamiento de determinados productos sanitarios sin marcado CE con ocasión de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. (https://www.boe.es/boe/dias/2020/04/07/pdfs/BOE-A-2020-4322.pdf). Es decir que, para asegurar el suministro de material de protección, podrán fabricarse, distribuirse utilizarse productos sin la garantía del marcado CE…
3º. Sobre los test rápidos…
No tenemos memoria ya de la primera vez que los gobernantes (todos y cualquiera de ellos) aseguraron en los medios de comunicación que “en los próximos días” llegaban los test rápidos.
No hay duda de que la utilización de estos test nos va a permitir por un lado conocer realmente el grado de contagio entre la población y entre los profesionales. No solo a efectos de estadística, sino también para poder identificar y aislar a aquellas personas en situación de poder contagiar, para garantizar su aislamiento y el de sus contactos estrechos. Algo que deberíamos haber hecho desde principios de marzo (…o antes).
Dicen los responsables que a Navarra han llegado 18.000 test, pero desconocemos cual va a ser el protocolo de utilización (a quien se le van a realizar y con qué objetivos) y tampoco sabemos que tipo de test son (microbiológicos, detección de anticuerpos, mixtos…) ni grado de sensibilidad. No es creíble que, a estas alturas, no dispongamos de la información relativa a todo esto.
Esperamos que los test puedan determinar anticuerpos IgG e IgM, además de antígeno viral. Será la forma de diagnosticar los enfermos activos y retrospectivamente cuantos nos hemos infectado en los primeros días de la pandemia por no cerrar a tiempo la asistencia programada y por no disponer de medios de protección adecuados y cuantos hemos pasado la COVID19 sin síntomas o con síntomas leves y hemos ido contagiando a colegas, familiares y pacientes…
La determinación de la PCR va a seguir siendo la referencia y más desde que el Servicio de Microbiología ha empezado a determinar carga viral y hacer recomendaciones de repetición de PCR según dicha carga (índice o valor de ct, tal y como comunica el CHN en su boletín de 06/04).
4º. Sobre evaluación de los profesionales sensibles o en situación de especial riesgo
A requerimiento del Sindicato Médico de Navarra (solicitamos que, en tanto no pudiera evaluarse a estos trabajadores con enfermedades crónicas, tratamientos inmunosupresores o embarazadas, se les remitiese a su domicilio) la Dirección de Profesionales nos comunica que:
“En base al procedimiento establecido en el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales para el personal especialmente sensible en relación a COVID-19 se han atendido 640 consultas individuales sobre este tema. De estas consultas, se han realizado 410 informes de adaptación de puesto de trabajo y de ellos se han solicitado al Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra 103 bajas por aislamiento preventivo debido a que no se ha podido realizar la adaptación del puesto de trabajo.
En estos momentos, todas las solicitudes recibidas han sido atendidas, lo que ha supuesto un esfuerzo importante por parte del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, conscientes de que esta es una actividad que debemos priorizar. En este momento, cualquier solicitud que se recibe se tramita con carácter inmediato, aunque es cierto que dado el volumen de solicitudes en las semanas anteriores se ha ido con algo de retraso”.
5º. Respecto a la prórroga de los MIRes
El Ministerio de Sanidad, a pesar de las reclamaciones que le han llegado de CESM y otras entidades sanitarias y sindicales, se ha ratificado en su decisión de “encadenar” a los compañeros en formación tal y como os lo resumimos en la anterior nota informativa. Esta decisión le garantiza al ejecutivo la disponibilidad de médicos muy bien formados que no van a recibir su evaluación para el paso de año, ni su título de especialista y que van a verse obligados a trabajar bajo la absoluta discrecionalidad de la administración en un abuso sin parangón camuflado en las medidas extraordinarias.
CESM, tras la decisión del Comité Ejecutivo de ayer día 06/04/2020, ha presentado ante los juzgados de Madrid, por ser decisión del Ejecutivo Central, una demanda de anulación de la Orden-Decreto Ley 319/2020, con solicitud de medidas “cautelarísimas” para proteger los legítimos intereses de los MIRes, exigiendo la realización de las evaluaciones correspondientes.
Según la Orden-Decreto Ley 319/2020, queda en manos de las comunidades autónomas establecer unos complementos retributivos que recompensen a los residentes e igualen el salario a la responsabilidad de su trabajo. En Navarra hemos tenido muy buenas palabras, pero pocas acciones, mientras que en otras comunidades ya han decidido (tras paso por negociación en la mesa sectorial) los complementos que se les van a abonar y las ventajas en cuanto a antigüedad y baremo que les corresponden.
Recordemos que Navarra sigue siendo la comunidad que peor retribuye a los MIRes, la única que les obliga a realizar servicios mínimos en una huelga y, de momento, una de las que aun no ha tomado decisiones sobre el trato al MIR en situación de pandemia.
Veremos la respuesta de los tribunales a la demanda de CESM, pero en caso de ser desestimatoria, el Gobierno de Navarra deberá “mover ficha” con agilidad para proteger a sus MIRes.
6º. Cifras de contagio entre profesionales
Están llegando buenas noticias respecto a la progresión de la pandemia a nivel de la población en general. Se van reduciendo las cifras de contagios y cede la presión sobre urgencias y hospitalización. Lo único que no mejora son las cifras de facultativos contagiados. Como ya os hemos contado en anteriores notas informativas, el riesgo de los profesionales sanitarios de padecer COVID-19 es en torno a 10 veces superior al resto de la población. Ya hemos desgranado en ocasiones anteriores los motivos y no vamos a insistir.
Si el día 27 de marzo el 3.9% de las PCR+ en Navarra eran de médicos, el porcentaje ya ha subido al 4.42%. Y se podría aducir que se hacen más pruebas cada día a medios que a otros estamentos… ¡pues no! Si el día 27 de marzo el 34.2% de las PCR hechas a profesionales del SNS-O eran de médicos, el día 5 de abril, la cifra era del 33.59%.
Todo ello con la mayor prudencia ya que desconocemos realmente cual es la cifra real de contagios al no disponer de un diagnóstico masivo de personal independientemente de contactos o clínica. Estamos seguros de que no habrá un “cocinado” de cifras. Informaciones como la aparecida hoy en Diario de Navarra donde afirman que la mortalidad por COVID-19 está infravalorada porque no se realiza test a todos los fallecidos aun con clínica sugestiva son muy alarmantes.
También alarmantes son los datos que nos llegan de algunos centros sanitarios, como el CS Iturrama donde de 35 profesionales, 11 son PCR positivos (el 31.5%); el CS de Barañain donde de 22 profesionales, 14 eran positivos (el 64%). O los que aparecen en la prensa profesional, como Redacción Médica, cuyo titular proclama que “el número de profesionales sanitarios contagiados por el Covid-19 sigue aumentando, alcanzando ya la cifra de los 19.400, con un 60% más en solo una semana”.
Datos que si dan una idea del descalabro que la COVID-19 está produciendo en el personal sanitario.
Es imprescindible que denunciéis por escrito, ante vuestros superiores y con copia al SMN, las situaciones en las que habéis tenido carencias de material de protección, no solo para visibilizar las penosas condiciones de trabajo, sino también a efectos de indemnización como veréis a continuación.
7º. Baja laboral/enfermedad profesional por COVID-19
Desde el comienzo de la pandemia, los sindicatos médicos independientes hemos trabajado para que tanto el aislamiento domiciliario como la COVID-19 fueran considerados como contingencia profesional. Esto permitiría (según la Ley Foral 11/1992) que los trabajadores del SNS-O percibiesen además, conceptos retributivos de carácter no periódico como el trabajo en horario nocturno, festivos o guardias (prorrateos de lo cobrado por esos conceptos en los últimos 12 meses).
Las primeras instrucciones dictadas por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (criterios 2 y 3/2020) no eran muy explícitas y produjeron bastante controversia. Posteriormente el Real Decreto Ley 6/2020 y el Criterio 4/2020 confirmaban que “se considerará, con carácter excepcional, situación asimilada a accidente de trabajo, aquellos periodos de aislamiento o contagio de las personas trabajadoras provocado por el virus COVID-19, exclusivamente para la prestación económica de incapacidad temporal del sistema de Seguridad Social, sin que, por tanto, se haga extensible dicha consideración a la prestación de asistencia sanitaria que derivará de contingencia común, salvo que se pruebe que la enfermedad se ha contraído con causa exclusiva en la realización del trabajo en los términos que señala el artículo 156 del Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social”.
En realidad, la infección por “coronaviridae” forma parte del cuadro de las enfermedades profesionales reconocidas en el sistema de la Seguridad Social (RD 1299/2006). Ser considerada como enfermedad profesional implica que el origen laboral del contagio por coronavirus no tiene que ser demostrado (se da por supuesto) y no solo tiene consecuencias económicas, sino también en asuntos como los reconocimientos médicos en caso de secuelas, reubicación laboral, indemnizaciones y, en caso que se demuestre que la enfermedad se ha producido por falta de protección en el puesto de trabajo conlleva recargos para el empleador del 30 al 50%.
Por eso estamos trabajando con CESM, a nivel nacional, para que COVID-19 sea reconocida como enfermedad profesional, ya que en esta normativa no hay competencia autonómica. Seguiremos informando y mientras tanto tened mucho cuidado, exigid los equipos de protección adecuados y usadlos convenientemente.